marzo 29, 2024
Cráter de Chicxulub

El Cráter de Chicxulub: Generalidades y Consecuencias

El cráter de Chicxulub es un cráter de impacto enterrado debajo de la península de Yucatán en México. Su centro está en alta mar cerca de las comunidades de Chicxulub Puerto y Chicxulub Pueblo, por lo que se nombra el cráter.

Se formó hace poco más de 66 millones de años cuando un gran asteroide, de unos 10 kilómetros (6,2 millas) de diámetro, chocó contra la Tierra.

Se estima que el cráter de Chicxulub tiene 180 kilómetros (110 millas) de diámetro y 20 kilómetros (12 millas) de profundidad.

Es la segunda estructura de impacto más grande confirmada en la Tierra y la única cuyo anillo de pico está intacto y directamente accesible para la investigación científica.

No fue sino hasta la década de los 60′ del siglo XX que el cráter de Chicxulub fue descubierto por Antonio Carmargo y Glen Penfield, geofísicos que trabajaban para PEMEX.

Dichos investigadores al analizar los datos potenciales hicieron énfasis en particular en la parte norte de la Península de Yucatán, lugar en que eran apreciables valores anómalos de campo gravimétrico y magnético en una zona cerca de la costa, alrededor del Puerto Progreso ubicado al noroeste de la ciudad de Mérida.

Generalidades del Cráter de Chicxulub

La estructura de impacto del cráter de Chicxulub ha sido relacionada con la extinción masiva ocurrida en la frontera entre el Cretácico-Paleógeno y con la aparición de una delgada capa de arcilla rica en iridio intercalada entre formaciones carbonatadas. Dicha capa es considerada como un marcador estratigráfico de la frontera K/P.

Como consecuencia del impacto en el norte de la Península de Yucatán se formó un cráter de aproximadamente 190 Km de diámetro.

El cráter tiene su centro en las costas del puerto de Chicxulub en las coordenadas 21.3 N y 89.6 W, la mitad del cráter se encuentra en el mar y la otra mitad marca casi todo el estado de Yucatán.

Debido a que el cráter no es visible en la superficie, la única forma de estudiarlo es por medio de métodos geofísicos, por lo que en el cráter se han llevado a cabo intensas campañas de exploración, entre las que incluyen levantamientos gravimétricosmagnéticosmagnetotelúricos, y sísmica de refracción y reflexión, así como la perforación y extracción continua de núcleos.

En la zona del cráter se han perforado diversos pozos por la UNAM, PEMEX, CFE, International Continental Scientific Drilling Program (ICDP).

Un estudio de 2013 publicado en Science estimó la edad del impacto en 66.043.000 ± 11.000 años (± 43.000 años considerando el error sistemático), basado en múltiples líneas de evidencia, incluida la datación radiométrica con argón-argón de tectitas de Haití y horizontes de bentonita que recubren el horizonte de impacto en el noreste de Montana, Estados Unidos.

Esta datación radiométrica ha sido respaldada por varios estudios posteriores de prestigiosas universidades. 

El cráter de Chicxulub se formó por un impacto inclinado (45-60º con respecto a la horizontal) desde la dirección noreste. El sitio del cráter en el momento del impacto era una plataforma de carbonato marino.

La profundidad del agua en el lugar de impacto varió de 100 metros, en el borde occidental del cráter, a más de 1.200 metros en el borde noreste. 

Las rocas del fondo marino consistían en una secuencia de sedimentos marinos del Jurásico al Cretácico, de 3 kilómetros de espesor.

Eran predominantemente roca carbonatada y piedra caliza, y en menores cantidades de esquistos y areniscas, sustentado por aproximadamente 35 kilómetros de corteza continental, compuesta por un basamento cristalino ígneo que incluye granito.

El Impactador: ¿Asteroide o Cometa? 

Existe un amplio consenso de que el impactador de Chicxulub era un asteroide con una composición de condrita carbonácea en lugar de un cometa

En 1998, se describió un meteorito de 2,5 milímetros del Pacífico norte a partir de sedimentos que se extendían por el límite K/P.

En 2021 sugirió, basado en evidencia geoquímica que incluye el exceso de isótopo de cromo 54Cr y otros metales del grupo de platino, que el impactador era un asteroide de tipo C de condrita carbonácea y que sus dimensiones de aproximaban alrededor de los 10 Km de diámetro, lo suficientemente grande como para que, si se colocara al nivel del mar, hubiera alcanzado una altura mayor al monte Everest.

Consencuencias del Impacto 

Locales

La velocidad del impactador se estimó en 20 Km por segundo. La energía cinética del impacto se estimó en 100.000 gigatoneladas de TNT, lo cual generó vientos de más de 1.000 Km/h cerca del centro de la explosión, y creó una cavidad transitoria de 100 Km de ancho y 30 Km de profundidad que posteriormente colapsó.

Esto formó un cráter principalmente bajo en el mar y cubierto por 600 metros de sedimento.

El impacto, la expansión del agua después de llenar el cráter y la actividad sísmica relacionada generaron mega tsunamis de más de 100 metros de altura, por los que las simulaciones sugieren que las olas inmediatas al impacto hayan alcanzado una altura de 1,5 Km.

El impacto desencadenó un evento sísmico con magnitud estimada de 9-11 Mw en el lugar del impacto.

Cráter de Chicxulub
Fig. 1. Ilustración del momento del impacto del asteroide que originó el cráter de Chicxulub.

Globales

Además, una nube de polvo caliente, cenizas y vapor se habría esparcido desde el cráter, con hasta 25 billones de toneladas métricas de material excavado expulsado a la atmósfera por la explosión.

Parte de este material se escapó de la órbita, dispersándose por todo el Sistema Solar, mientras que otra buena parte volvió a caer a la Tierra.

Este material caliente ocasionó incendios forestales, que posiblemente hayan envuelto el 70% de la superficie de bosques del planeta.

La devastación de los seres vivos incluso a cientos de kilómetros de distancia fue inmensa, y gran parte de los actuales México y los Estados Unidos habrían quedado desolados.

Evidencia fósil de una extinción instantánea de diversos animales (dinosaurios) se encontró en una capa de suelo de sólo 10 cm de espesor en Nueva Jersey, es decir, a 2.500 Km de distancia del lugar de impacto, lo que indica que la muerte y el entierro bajo los escombros ocurrieron repentina y rápidamente en grandes distancias de la Tierra.

Debido al agua relativamente poco profunda, la roca que se vaporizó incluía yeso rico en azufre de la parte inferior de la secuencia del Cretácico, y este se inyectó a la atmósfera.

Esta dispersión global de polvo y sulfatos habría provocado un efecto repentino y catastrófico en el clima de todo el mundo, provocando grandes caídas de temperatura y devastando la cadena alimentaria.

Los investigadores afirmaron que el impacto generó una calamidad ambiental que extinguió la vida, pero también indujo un vasto sistema hidrotermal subterráneo que se convirtió en un oasis para la recuperación de la vida.

La emisión de polvo y partículas podría haber cubierto toda la superficie de la Tierra durante varios años, posiblemente una década, creando un entorno hostil para los seres vivos.

La producción de dióxido de carbono causada por la destrucción de las rocas carbonatadas habría provocado un repentino efecto invernadero. 

Durante una década o más, las partículas de polvo en la atmósfera habrían impedido que la luz solar llegara a la superficie de la Tierra, enfriando la superficie dramáticamente.

La fotosíntesis de las plantas también se habría interrumpido, afectando toda la cadena alimentaria.

Un efecto local a largo plazo del impacto fue la creación de la cuenca sedimentaria de Yucatán que finalmente produjo condiciones favorables para el asentamiento humano en una región donde el agua superficial es escasa.

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Marcelo Madrid

Ingeniero de Petróleo graduado en la Universidad de Oriente (Venezuela) en el año 2007. Trabajé durante 14 años en la industria petrolera, principalmente en el área de Ingeniería de Yacimiento y Geología: Desarrollo y Estudios Integrados. Editor principal de Geoplaneta.net.

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